Utilizado durante mucho tiempo como perro de caza, convertido luego en el típico perro de los cocheros, para terminar entre las razas de compañía, el Dálmata debe su último momento de esplendor a una famosa película de Walt Disney. Extremadamente limpio, se encariña con el amo, pero, sin embargo, sabe mantener una conducta independiente a cierta distancia con él, que al ojo del profano puede incluso parecer desinterés.